Este pasado
fin de semana, el Olympiakos entrenado por Míchel, se proclamó campeón de la
Super Liga griega, a falta de 5 jornadas, logró su 40º título de liga. A falta
de esas 5 últimas jornadas, el Olympiakos suma 21 victorias, 3 empates y 1
derrota, teniendo como máximo credencial, su propio estadio, el Georgios
Karaiskakis, donde es prácticamente invencible, gracias al gran ambiente que
crea su afición, lo más conocido, como infierno griego.
En la
plantilla, los jugadores más destacados son el español David Fuster que ya se
ha asentado en el once titular, tras venir desde Villarreal, Karagounis, el
griego que es el jefe de la zona defensiva, el argelino Abdoun que domina el
centro del campo, con Mitroglou y Djebbour en la zona de ataque. Es un equipo
con mucha fuerza física, les gusta jugar rápido, crear ataques rápidos, sin
tocar demasiado en el centro del campo, junto a Karagounis, está en la defensa Papadopoulos,
son los dos jefes de este conjunto griego. Gran plantel el que tiene este
conjunto que, aprovechándose de la mala situación económica de otros clubes en
la liga griega, ha ganado de calle el torneo nacional y, ahora buscará llevarse
la copa.
Aunque, pese
a este título, esta temporada no todo ha sido de color de rosa para el
Olympiakos. Tras caer eliminado de la Champions, en un grupo donde pasaron a
octavos de final Schalke y Arsenal, también ha fracasado en la Europa League,
donde fue vapuleado y eliminado por el Levante, el equipo español que ha hecho
una gran competición, perdiendo 3-0 en Valencia y siendo incapaz de remontar en
Grecia, pese al gran ambiente vivido en las gradas. Pese a este traspiés, el
conjunto griego sigue teniendo alma de ganador en su propio país, uno de los
equipos más laureados y queridos en Grecia, vuelve a ganar y, seguro, seguirá
ganando, su asignatura pendiente, mejorar en Europa el año que viene.